LA BASE DE LAS BASES I entrega

Por Germán Ávila

En un continente donde el control hegemónico de los Estados Unidos está cada vez más en veremos por el fuerte cambio de orientación política de la mayoría de sus gobiernos en la última etapa, la presencia militar norteamericana constituye sin lugar a dudas, más que una provocación, una agresión directa a la estabilidad del continente.

Foto: Revista Semana
Uno de los argumentos a que han apelado con mayor frecuencia las autoridades tanto norteamericanas como colombianas, parte de que no va a ser el establecimiento de bases norteamericanas, sino la utilización de bases colombianas ya existentes por parte de militares norteamericanos, bases que según el último pronunciamiento del Canciller Bermúdez y Hillary Clinton, “no afectarán a terceros países” y se establecen porque “Estados Unidos está comprometido en apoyar el gobierno de Colombia en su esfuerzo por garantizar la seguridad de sus ciudadanos”, todo esto en aras de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

¿Pero porqué se anuncia con bombos y platillos que va a pasar lo que hace años ha venido pasando? Los soldados norteamericanos utilizan las bases colombianas hace tiempo, así como hace tiempo andan uniformados y desarrollando las actividades que les son propias en nuestro país; ahora, como este es un país de amnésicos, no recuerda la gente que los soldados norteamericanos en Colombia se han dado a conocer no precisamente por su sobresaliente papel en la lucha contra el narcotráfico o el "omnipresente terrorismo".

La presencia, por ejemplo, de los militares extranjeros en el departamento de Arauca es bien conocida pues llevan años en el Batallón Mecanizado Revéis Pizarro de Saravena, que junto con el Batallón Navas Pardo y la Brigada Móvil número 5 pertenecen a la Brigada 18 del Ejército, y han sido ellos, de acuerdo a la comunidad, los responsables de la mayor cantidad de violaciones de los derechos humanos en la región. Caso que no es aislado, pues se pueden contar no pocos lamentables episodios protagonizados por los soldados norteamericanos, que tienen una forma bastante particular de garantizar la seguridad de los ciudadanos y sobre todo de las ciudadanas del país que según Mrs. Clinton vienen a defender.

Fue por ejemplo muy sonado el caso en que militares norteamericanos presentes en la base de Tolemaida, que por cierto es una de las siete elegidas, en el año 2004 mediante engaños realizaron y filmaron actos sexuales con menores de edad de Girardot y Melgar, vendiendo después dichas grabaciones como películas pornográficas en las mismas poblaciones. Pero si no se puede usar el engaño, entonces para eso está la fuerza; en 2006 y 2007 fueron reportados 41 casos de violación por parte de soldados norteamericanos en Colombia y como en toda estadística, esta se refiere solo a los casos denunciados, cifra que siempre estará muy por debajo de la realidad.

Foto: myspace.classiccars
Pero es tan triste que estos hechos ocurran, como lo es que la justicia no aplica, técnicamente los soldados norteamericanos pueden hacer “lo que se les dé la gana” en nuestro país, pueden violar, como en el caso de Olga Castillo Campos, cuya hija de 12 años fue intoxicada, raptada, violada en plenas instalaciones de la base militar de Tolemaida y abandonada al otro día en un parque y a quien los acusados Michael J. Coen y César Ruiz, cínicamente le dijeron: “si, nosotros la violamos, ¿y qué?”; pueden matar, como en el caso del sargento norteamericano Jhonatan Marshall, quien rumbo a la base de Apiay (otra de las elegidas) arrolló a dos soldados colombianos quitándoles la vida y quien salió del país horas después de los hechos, sin que se le pudiera practicar la prueba de alcoholemia o pueden hacer cualquier cosa dentro o fuera de su servicio gozando de un fuero avalado por la ley colombiana de acuerdo al convenio de Misiones Militares firmado por los dos países desde 1975 y confirmado hace unos años como parte del Plan Colombia; en pocas palabras, cualquier soldado norteamericano en Colombia tienen más inmunidad que el mismo presidente.

Es de acuerdo a lo anterior indiscutible el drama humano de los pobladores donde existe esta presencia militar o que lo diga Viet Nam, donde millares de mujeres fueron violadas y millares de civiles fueron asesinados a nombre de la defensa global contra el "monstruo totalitario del comunismo". Pero el gobierno norteamericano no va a impulsar dos bases navales, dos de infantería y tres de aviación en Colombia sólo para que sus “cowboys” tengan momentos de “sano esparcimiento” con las mujeres (y los hombres) de tan exóticos lugares, esa es una de las caras de la moneda, o en este caso del dado, sin embargo otros elementos serán abordados en la próxima entrega de este artículo.

Fuentes en la web: www.mechalibertaria.blogspot.com, www.radio.unchile.cl,
www.eltiempo.com, www.derechos.org